Antes de entrar a valorar la actuación de la selección española de fútbol en la final del mundial, quisiera hablar sobre mi deporte favorito: La Fórmula 1. Como seguidor de este deporte, me siento decepcionado con una serie de acontecimientos que han estado sucediendo últimamente. Las malas decisiones de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y los errores en eventos como este han sido frecuentes a lo largo de la historia de este deporte, pero parece que últimamente la cosa se les está yendo de las manos.
Gran parte de este embrollo empezó en el último Gran Premio de Europa en el circuito de Valencia, donde quedó bastante clara la pésima dirección de carrera con tardías y malas investigaciones y posteriores sanciones, además de un tremendo descontrol a la hora de salir el safety car.
Afortunadamente, como se pudo comprobar en el Gran Premio de Gran Bretaña, se han tomado en serio el tema de los safety car, que por fin salió cuando le tocaba... veremos cuanto dura.
Volviendo a Valencia, al terminar la carrera, Fernando Alonso hizo unas duras declaraciones contra la dirección de carrera y contra su "querido amigo" Lewis Hamilton. Las malas decisiones de la FIA perjudicaron seriamente la carrera del equipo Ferrari y, por contra, beneficiaron las posibilidades de Hamilton. Las palabras de Fernando contra la FIA eran bastante acertadas, pero las que dedicó a Hamilton, en mi opinión, fueron una simple pataleta, ya que la carrera de Alonso ya estaba perdida y lo que hubiese pasado con Hamilton tendría que haberle dado igual.
Pero lo peor aun estaba por ocurrir. Después de un fin de semana con buenas sensaciones en el GP de Gran Bretaña, la cosa se complicó para Alonso con una mala salida, incluso los mejores se equivocan, obligándole a remontar. Y es en esta remontada cuando se topa con su amigo pero rival en la pista, Robert Kubica. Fernando, en un intento por adelantarlo, llega emparejado por el exterior con Kubica a la curva 8, una curva de izquierda, seguida inmediatamente por otra curva de derecha. Kubica no deja espacio suficiente a Alonso en la primera curva, viéndose este último obligado a saltarse la siguiente curva, adelantando finalmente a su rival. La maniobra es discutible, ya que Fernando no tenía más remedio que acortar por la hierba para evitar el accidente, pero Kubica pide a dirección de carrera que se le devuelva su posición. Personalmente coincido con Robert, Alonso modifica la trayectoria saltándose la curva y eso le da metros de ventaja sobre Kubica, por tanto, lo lógico es que Fernando hubiese cedido su posición ante el polaco. Pero la suerte parece sonreír a Alonso, ya que Kubica no tiene más remedio que abandonar por un problema mecánico. Quedando este fuera, cualquier sanción a Alonso perdería sentido, ya que el único perjudicado anteriormente no puede verse ya recompensado. Y no sólo lo digo yo, fue exactamente lo que dijo el propio Kubica minutos después en su garaje. Pero eso a la FIA le trajo sin cuidado, tenían sed de venganza por las duras declaraciones de Alonso en la carrera anterior, y no desperdiciaron la ocasión par dar por culo un rato. Después de varias vueltas, cuando ya se creía todo olvidado, la FIA comunica que se esta llevando a cabo una investigación contra el coche número 8, el de Fernando Alonso, y poco después (cuando quieren sí que se dan prisa, sí) se comunica la sanción: “Drive through” para Alonso. Sanción que lo dejaba fuera de los puntos. ¡Pero ojo! Justo después de comunicar la sanción, ¡toma safety car! Impidiendo a Alonso realizar su castigo asta que el safety abandonase la pista, y con todos los coches agrupados de nuevo, Alonso no sólo quedó fuera de puntos, sino que se vio relegado al último puesto. Finalmente, terminó decimocuarto, después de una pequeña remontada y marcando el mejor crono de todo el fin de semana en las dos últimas vueltas como premio de consolación.
En definitiva, una lamentable y vergonzosa actuación por parte de la FIA, unas decisiones vomitivas, descaradas y completamente desproporciónales. La misma sanción por saltarse una curva para evitar un accidente que por adelantar a un coche de seguridad intencionadamente poniendo en peligro, no sólo a sí mismo, sino también al resto de pilotos. Si eso no es desproporcional, alguien tendrá que volver a explicarme ese concepto.
Antes de terminar, quisiera defender mi postura como alonsista, pero eso no me impide reconocer sus errores y sus actos y palabras más desafortunados, y aun así, sigo y seguiré defendiendo a ese fenómeno del volante. Todo aquel que no piense igual que yo, tiene todo el derecho del mundo a dejar sus comentarios con todo el respeto posible. Pero yo, siempre desde mi humilde punto de vista, sigo creyendo que Fernando Alonso es el mejor piloto de Fórmula 1.
Unk Faraday
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